
El ultimo día del año comenzó con un diluvio universal que nos tuvo en casita hasta que decidimos salir si o si. Unos días antes nos habían dicho que cerca de casa pero mas arriba en el monte había un templo en el que hacían las tradicionales peleas de gallos. Aqui es una actividad de la que participan todos los habitantes de los pueblos cercanos y es una tradición similar a la de los toros en España.

Obviamente nosotros no nos enterabamos de nada y señor amable por gestos nos invito a apostar. pusimos 40.000 rupias (menos de 4 euros) y apostamos por el gallo mas bonito. Claro perdedor de la pelea en aproximadamente 4 segundos. no sé si esto es mas cruel que llevarlos durante horas en un camión a un matadero, pero el caso es que las peleas duran muy poco. vistas un par de lanzas, nos decidimos a seguir camino.
Esta vez rumbo oeste comenzamos una travesía llena de curiosidades y por supuesto lluvia a mares. en un par de ocasiones paramos la moto para ponernos el chubasquero y luego decidimos llevarlo ya todo el camino. paramos en una "playa" sólo para comprobar que efectivamente, la zona norte del a isla no es para el turismo de playa. primero porque mucho ríos desaguan en el norte y con las lluvias, la mezcla de agua y barro hace que el agua se vea marrón. segundo porque las playas son de arena negra y no tan vistosas como en el sur. y finalmente porque los locales viven al lado de ellas y las utilizan para guardar su pequeñas embarcaciones de pesca, hacer hogueras, tirar basuras, y echar al mar las cenizas de los muertos así como las ofrendas que con las mareas regresan a la playa dejándola echa un estercolero.

Pasados unos cuantos kilometros que aquí es dificil saber cuantos, y llegada la hora de comer, viendo que el diluvio universal iba a peor decidimos parar en la carretera en un puestecillo de comida. una amable señora y su familia salieron a recibirnos y sorprendidos por nuestra presencia en su humilde puestecillo nos pusieron la comida que tenían. Ni nosotros sabemos indonesio ni ellos tenian ni idea de ningún otro idioma, pero nos hicimos entender con el idioma de las sonrisas y nos sirvieron una comida deliciosa.
Nasi campur se llamaba el plato con arroz, pollo, cerdo, cacahuetes y abundante chili picante. Ademas me decidí a probar la que a partir de ahora es mi nueva bebida favorita: Temulawak, que por lo que parece es un preparado a base de la raiz de galangang que es parecido al genjibre y que según me dijeron en la plantación de cafe y especias, se utiliza para casi todos los platos de comida indonesia.
Cuando terminamos de comer Myriam se hizo una foto con ellos mientras decidían el precio que cobrarnos por la comida. con su poco inglés y nuestro menos indonesio, acordamos el pago de 30.000 rupias por la comida y bebida. algo menos de 3 euros. Con una enorme sonrisa de toda la familia nos despedimos de ellos, aunque un rato después tuvimos que volver ya que myriam se había olvidado el casco.

Por la carretera vimos camiones llenos de personas transportadas en sus cajas de carga, motos con 3, 4 y hasta 5 ocupantes, cuando no iban con uno solo y 5 sacos de cualquiercosa desafiando la verticalidad del vehiculo, gente andando por la carretera con enromes fardos a la cabeza, templos a miles, algunos llenos de monos, como el que visitamos, otros vacíos y otros cerrados a no creyentes.
Las infraestructuras eso sí, son horribles y las carreteras muy malas. Para ir del norte al sur de la isla o de la parte de costa hasta el centro, solo hay una via y esta se llena de coches, autocares y motos sin poder adelantar en una caravana infinita. Los atascos son brutales y la isla está netamente superpoblada en el sur, tanto de locales como de turistas, hoteles y establecimientos dedicados a ellos. El norte no está tan poblado y aún puedes descubrir gente que te mira con sorpresa y extrañeza e incluso te pide hacerse una foto contigo como nos pasó en uno de los templos.

El sentido religioso de los balineses es muy profundo y en todo momento están haciendo ofrendas en cualquier parte. todas las casas y comercios tienen un templete en el que situan las ofrendas compuestas de una cesta de hojas de palma con flores, incienso, algo de comida, agua y perfume. tambien las ponen en la calle en el suelo. a veces hacen hogueras para quemar cosas creo que como ofrenda también o purificación pero esto no lo tengo muy claro.
Por la noche hemos disfrutado de una cena de gala con bailarinas balinesas y una cuenta atras de fin de año desde la piscina, solos, viendo al fondo desde la colina los fuegos artificiales que durante horas han estado iluminando los cielos. Los balineses se gastan una fortuna en pirotecnia y el día de nochevieja se van a la playa. encienden hogueras, lanzan los fuegos artificiales y se cuecen de alcohol como piojos. Algunos nos han ofrecido setas y marihuana, y las raves en medio de la selva están a la orden del día, asi que en bali, juerga hay. pero nosotros preferimos la paz de nuestro hotel y el espectaculo precioso de los fuegos desde arriba. Feliz año 2013 a todos.
Esta mañana hemos madrugado para conectarnos por skype con nuestras familias y vivir las campandas en directo y la entrada del nuevo año (7 horas después que en Bali).
Lamentablemente este año se me olvidó traer las uvas, pero a cambio hemos tomado rambutan y mangosten como sustitutos. El rambutan es la fruta rojiza con pinchos que está en la cesta, y una vez pelada deja en su interior una especie de uva gigante con el tamaño de un albaricoque. El mangosteen es la fruta marrón de la izquierda del cesto. Dentro tiene 8 gajos de una especie de uva también, pero en forma de gajos de mandarina, aunque el color y textura es de uva. Con eso hicimos un compuesto de 12 pseudouvas y disfrutamos de la nochevieja dos veces. (La fruta con piel parecida a un lagarto aun no la hemos abierto. Ya os diremos que tal sabe y como se llama).

No obstante, al ritmo de explotación que lleva esta isla no descarto que en unos años algún complejo hotelero empiece a ver las posibilidades, desaloje algunas familias, limpie la playa y convierta esta preciosa zona del norte en otro reclamo turístico más, aunque espero que no sea pronto, porque el encanto que tiene la vida tradicional indonesia en esta isla es asombroso.






La orografía de Bali es mas parecida a Hawaii que a sus vecinas tailandia y malasia, por ser una isla volcánica con vegetación frondosa y playas de arena negra. Salvo que la aparición de los yankies aqui todavía no ha hecho mella. La gente está feliz todo el tiempo. Ves a gente en la moto riendose solos, o cantando. Todo el mundo te sonrie y saluda. Siempre. Es increible.



otra cosa muy curiosa son las enormes y elaboradas puertas de entrada y salida de las ciudades, cada una de ellas distinta y preciosa.
Seguiremos contando novedades. os dejamos un video de un instante del viaje.


Lamentablemente este año se me olvidó traer las uvas, pero a cambio hemos tomado rambutan y mangosten como sustitutos. El rambutan es la fruta rojiza con pinchos que está en la cesta, y una vez pelada deja en su interior una especie de uva gigante con el tamaño de un albaricoque. El mangosteen es la fruta marrón de la izquierda del cesto. Dentro tiene 8 gajos de una especie de uva también, pero en forma de gajos de mandarina, aunque el color y textura es de uva. Con eso hicimos un compuesto de 12 pseudouvas y disfrutamos de la nochevieja dos veces. (La fruta con piel parecida a un lagarto aun no la hemos abierto. Ya os diremos que tal sabe y como se llama).
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